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17 Espigó, pues, en el campo hasta la noche, y cuando desgranó lo que había recogido, era como un efa de cebada. 18 Lo tomó y se fue a la ciudad, y su suegra vio lo que había espigado. Luego sacó también lo que le había sobrado después de haber quedado satisfecha, y se lo dio.

19 Su suegra le preguntó:

—¿Dónde has espigado hoy? ¿Dónde has trabajado? ¡Bendito sea el que te ha favorecido!

Ella contó a su suegra con quién había trabajado, y añadió:

—El hombre con quien he trabajado hoy se llama Booz.

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